La ilusión de la Copa Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos ocupa la mente de todos los riverplatenses, pero en el Monumental ya se trabaja a futuro. Más allá de la ambición de levantar un nuevo trofeo, la dirigencia y el cuerpo técnico, liderado por Marcelo Gallardo, están delineando la estrategia para el segundo semestre del año. Y esa estrategia incluye decisiones difíciles, desvinculaciones inesperadas y una reestructuración del plantel que podría sorprender a más de uno.
El camino hacia el futuro siempre implica dejar atrás el pasado, y en River ese pasado podría incluir a nombres que, hasta hace poco, eran considerados piezas importantes del equipo. La idea es afinar la puntería, optimizar el rendimiento y construir un plantel más competitivo para afrontar los desafíos que se avecinan. La planificación es exhaustiva y no deja nada al azar.
El éxodo silencioso que se avecina
La primera baja ya es un hecho consumado, aunque su partida se concretará una vez finalizado el torneo de la FIFA. Se trata de Franco Mastantuono, la joya de la cantera que ha deslumbrado a propios y extraños. El joven delantero ejecutó su cláusula de rescisión y se vestirá de blanco en el Real Madrid. La operación, confirmada por el presidente Jorge Brito, se concretará en tres cuotas: “20 millones ahora, 12.5 en junio de 2026 y 12.5 en junio de 2027”, detalló el mandamás millonario.
Pero la salida de Mastantuono no será la única. Según fuentes cercanas al club, Gallardo habría decidido que otros cuatro jugadores no continúan en el plantel para el segundo semestre. Se trata de Adam Bareiro, Gonzalo Tapia, Matías Kranevitter y Leandro González Pírez. Si bien todos ellos aún tienen contrato con la institución, el Muñeco les habría comunicado que no serán tenidos en cuenta para lo que resta del 2025.
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¿Cuáles son los motivos de estas decisiones?
Bareiro regresó a River luego de su préstamo en Al Rayyan de Qatar, donde no ejecutaron la opción de compra. A pesar de haber manifestado públicamente su deseo de volver a vestir la camiseta del Millonario, no parece entrar en los planes del cuerpo técnico.
El caso de Tapia es quizás el más sorprendente. El chileno llegó a River en el mercado de verano como una apuesta fuerte de Gallardo, pero no logró ganarse un lugar en el equipo. A pesar de una buena presentación inicial, su participación fue escasa y alternó entre la suplencia y la ausencia en las convocatorias.
Kranevitter, por su parte, vio cómo su lugar en el mediocampo fue ocupado por Kevin Castaño. La llegada del colombiano lo relegó al banco de suplentes y, en varios partidos, ni siquiera fue convocado. Su contrato vence en diciembre, pero ya estaría buscando nuevos horizontes.
Finalmente, González Pírez se encuentra en una situación similar. El defensor no es la primera opción de Gallardo para conformar la zaga central, y con la reciente repesca de Lautaro Rivero, su futuro en el club se ve cada vez más incierto.
La dirigencia ya está trabajando en la búsqueda de refuerzos para el próximo mercado de pases, pero la limpieza de vestuario que planea Gallardo podría ser el preludio de una renovación profunda en el plantel de River. El objetivo es claro: construir un equipo más competitivo y volver a conquistar títulos importantes. La era post-Mundial de Clubes promete ser movida en el Monumental.
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