Un fichaje que estremece y retumba en todas las latitudes, un pase que enorgullece al más millonario y duele en el más acérrimo rival, para la historia y la contemporaneidad. Aquel rumor que era un sueño hoy es una realidad: Luis Alberto Suárez Díaz es nuevo jugador del Club Atlético River Plate.
Contra todo pronóstico y contra todo deseo de los rivales, en Núñez se respira historia. Como la camiseta demanda, ese glorioso Manto Sagrado que nos enorgullece, el Más Grande de América cerró la llegada de una estrella mundial. Aunque crean que duermen, no, no es un sueño. Luis Suárez es futbolista de River.
El Monumental goza de alegría demostrando la grandeza de su institución. Ante todo, los colores. Una vez más, el Millonario eleva su bandera y demuestra que su gloriosa casaca puede seducir a cualquiera. Compitiendo con grandes clubes europeos, la Banda logró cumplirles el sueño a sus hinchas.
Ahora vendrán los cuentos baratos de los rivales atónitos ante lo que sus ojos ven y sus oídos escuchan. Intentarán demeritar esto a como dé lugar. No importa. La mayoría de Argentina está alegre. Digan lo que digan. Que la cuenten como quieran. Mientras más nos odian, más grandes terminamos siendo.
Porque eso es River: grandeza. El Más Grande del continente. No hay equipo que se le equipare a su emblema. Nadie se anima a decir lo contrario, más que algún desprevenido de la historia. Esta franja roja sobre un suave lienzo blanco ya ha dado sobradas muestras y no necesita más sustento. La historia dicta, el destino acata.
El Millonario ha acallado al resto de clubes de la región. Ese sueño del que se burlaban se concretó y, hoy más que nunca, quienes dudan de la gloriosa banda cruzada deberán cerrar sus bocas.
El Club Atlético River Plate, una vez más, ha enaltecido su grato nombre con tan dulce vibración.
